El pasado lunes 10 de mayo a las 9:30 horas, tuvo lugar en el colegio, la inaguración de la IX Semana cultural por parte del Sr. Director y Dña. Manuela de Jesús Moreno Gómez (Delegada de Presidencia del Ayto. de Chiclana), a la que asistieron los/as chicos y chicas.
Después, y, como todos los lunes, tocaba la lectura de un cuento tradicinal.Al estar celebrando la semana cultural, quise hacerlo de una manera distinta y por lo tanto, les leí el cuento : Los músicos de Bremen (Bremer Stadtmusikanten) en alemán utilizando la técnica del franelograma. Un franelograma es un tablero de madera contrachapada o cartón piedra, cuya superficie esta cubierta con fieltro o franela de algodón. Sobre el, se colocan piezas de cartón o cartulina con letreros, números, dibujos o fotografías. Estas piezas se llaman franelogramas y se adhieren al franelógrafo por su reverso, el cual esta cubierto de fieltro, otro material de felpa o tiras de papel de lija gruesa. También en el reverso de cada franelograma, se escribe el número que le corresponde en el orden de presentación y así se procede, en este caso, a la lectura del cuento.
El cuento Los músicos de Bremen es el título de uno de los cuentos de los hermanos Grimm.
La historia que se narra en el cuento de Jakob Grimm «Los músicos de Bremen» es la de cuatro animales, un burro, un perro, un gato y un gallo, que viven en el poblado de Dibbsersen, en la Baja Sajonia de Alemania, cuyos dueños han decidido sacrificarles, porque consideran que, por su vejez, éstos sólo consumen comida y ya no les son útiles para el servicio doméstico. Los animales se encuentran después de que cada uno, en forma independiente, haya huido de la casa de sus respectivos dueños. Al conocerse, deciden iniciar un viaje con destino a la ciudad de Bremen. En su camino hacia Bremen, estos exiliados que huyen de la condena a muerte, llegan al anochecer a una choza en la que están pernoctando unos bandidos. Con el objeto de amedrentarlos para ocupar ellos la vivienda, forman una figura esperpéntica con sus cuerpos, al treparse en la espalda de cada uno de ellos, en el orden que se ha mencionado. Así emiten los sonidos propios de su especie, en unísono, lo que hace huir de terror a los bandidos. En el cuento, en realidad no se sabe si los peregrinos llegaron a Bremen o se quedaron en el camino en una de sus aventuras melódicas.
Posteriomente, procedimos a la degustación de pasteles austríacos realizados por tres familias de la clase. Los pasteles fueron: Marmorkuchen, Becherkuchen y Apfelstrudel. Desde aquí quiero dar las gracias a las familias que participaron: la familia de Francis, de Silvia y de Alicia.
!Muchas gracias por hacer posible dicha actividad!
Y es que se lo comieron todo, todo y todo.
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